jueves, 15 de septiembre de 2011

Bosque Nativo Vs Plantaciones Forestales

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de la FAO, en su definición de bosques incluye a todas las plantaciones establecidas para fines forestales, incluso los monocultivos de árboles a gran escala, lo que a todas luces es improcedente.
Los monocultivos forestales no son bosques. Las funciones sociales, ambientales, económicas y culturales que nos entrega el bosque nativo, difieren enormemente de lo que son los monocultivos de árboles: árboles de una sola especie, mejorada genéticamente y de rápido crecimiento, plantados en bloques homogéneos de la misma edad, donde se impide el desarrollo de la flora y fauna local. Se trata entonces de auténticos desiertos verdes.
En los bosques naturales todo vive. Un bosque contiene numerosas especies de árboles y arbustos de todas las edades y una cantidad aun mayor de otras especies vegetales, tanto en el suelo como sobre los propios árboles y arbustos (helechos, musgos, líquenes, hongos, trepadores, epífitas, etc.). Una enorme variedad de especies de micro y macro fauna (sobre y bajo el suelo) encuentran en el bosque abrigo, alimentos y posibilidades de reproducción. Las interacciones de todos estos elementos generan bienes (madera, alimento, medicinas) y servicios (agua, protección de suelos, paisaje, espiritualidad, recreación). Las comunidades humanas forman parte de los bosques, ya que muchos pueblos los habitan, interactúan con ellos y obtienen los bienes y servicios que aseguran su supervivencia.
Las comunidades humanas no habitan los monocultivos forestales y, normalmente, no tienen acceso a ellos. En general las plantaciones son precedidas por la expulsión de la población local y por la destrucción del bosque del que dependían. En el mejor de los casos, las comunidades locales pasan a constituir mano de obra barata y esporádica, para la plantación y cosecha de los árboles que se realizará años más tarde.
Los monocultivos forestales de gran escala:
  • Destruyen los ecosistemas naturales y los bienes que de allí se obtienen (leña, medicinas, alimento, etc.), afectando la agricultura de subsistencia y atentando contra la soberanía alimentaria de nuestro pueblo.
  • Generan desempleo y provocan el despoblamiento rural, dañando las economías locales, extirpándoles su cultura y deteriorando la calidad de vida de las comunidades locales
  • Agotan los recursos hídricos, afectando la disponibilidad de agua para las comunidades humanas
  • Contaminan el agua por el uso indiscriminado de agrotóxicos
  • Empobrecen los suelos, al utilizar el método de cosecha a tala rasa, dejando el suelo desnudo de vegetación y sujeto a erosión
  • Violan los derechos de los Pueblos Originarios y destruyen la cultura campesina
  • Reducen la biodiversidad y modifican el paisaje natural

Por todo lo anterior, insistimos en que los monocultivos forestales no son bosques y llamamos a todos a desenmascarar las falsas campañas y resistir el avance de los monocultivos forestales, que no hacen más que favorecer a los grandes capitales económicos.
En Chile el modelo de desarrollo forestal impuesto en la Dictadura Militar se basa en la instalación sistemática de monocultivos a gran escala de especies exóticas (pino y eucalipto), para abastecer plantas de celulosa y aserraderos con fines de exportación. Estos monocultivos cubren hoy una superficie cercana a los 3 millones de hectáreas, y más del 90% corresponde a especies de pino o eucalipto.
El avance de los monocultivos se realiza en base al engaño promovido por grandes empresas en alianza con el gobierno (nacional y locales), que hacen falsas promesas a las comunidades y pequeños propietarios de tierras sobre la generación de empleo y desarrollo local. En otros casos se convence a pequeños propietarios para que instalen monocultivos en sus propias tierras, dejándolos así atados a las grandes empresas. Otra estrategia es promover estos monocultivos como una forma de recuperación de “tierras degradadas”, cuando en realidad tales tierras podrían ser de enorme utilidad para las poblaciones locales.
Estas falsas promesas se realizan de manera deliberada, ignorando la abundante evidencia documentada de los gravísimos impactos ambientales, sociales y económicos que sufren las poblaciones locales debido a los monocultivos. Hoy día, en las regiones y comunas con mayor desarrollo forestal encontramos los mayores índices de pobreza (según MIDEPLAN) y los menores Índices de Desarrollo Humano (según el PNUD).
Queremos bosques de verdad, y trabajar por ello implica, como sujetos sociales y comunidades, participar activamente para forjar un modelo alternativo de producción, comercio y consumo basados en la justicia, la solidaridad y los saberes de nuestros pueblos. Por lo tanto exigimos a nuestro Estado:

  • Que se detenga la expansión de los monocultivos forestales en el centro sur de Chile

  • Que se rechace cualquier nuevo subsidio o incentivo estatal para proyectos que destruyen el bosque nativo, sustituyen suelos agrícolas, agotan las fuentes de agua y degradan los suelos

  • Que se realicen estudios públicos sobre los impactos de las plantaciones y la industria forestal (plantas de celulosa y aserraderos)


  • Que se ponga fin al subsidio a los monocultivos de árboles (D.L. 701 de 1974) y se genere un nuevo cuerpo legal que se enfoque en programas de recuperación real de suelos degradados, dirigido exclusivamente a pequeños y medianos propietarios de tierras, que fomente las economías locales y garantice la soberanía alimentaria.http://www.youtube.com/watch?v=d4l4GMiShWg&feature=youtu.be

No hay comentarios: