viernes, 30 de diciembre de 2011

Caen

"Fragmentos de la columna de CRISTÓBAL BELLOLIO" 


Caen los diarios, la televisión y los medios de comunicación. Sigue la caída libre de la Iglesia Católica y ahora también la Evangélica. Caen la municipalidades y obviamente el gobierno central. Caen los Tribunales y el Ministerio Público. Caen incluso los sindicatos. Caen, por supuesto, el Congreso, los Partidos Políticos y la Empresa Privada. Esto no puede ser casualidad. Todas estas instituciones encarnan algún tipo de poder –militar, moral, político, burocrático, social, económico- contra el cual hay motivos para justificar un sentimiento de rebelión. Piñera es la víctima más visible, pero este fenómeno es mucho más complejo y expresa la vigorosidad de un país distinto que crece incómodo al amparo de reglas del juego gravemente deslegitimadas.
Es precisamente la derecha la que auspicia el fortalecimiento de instituciones que históricamente en Chile han reflejado distribuciones muy asimétricas del poder disponible. Su sostén cultural se confunde con el mismo grupo que abusa de sus posiciones de privilegio y se resiste a emparejar la cancha. Por eso se hacen tan atractivos los liderazgos que amenazan el statu quo y parecen correr por fuera de las estructuras tradicionales.
La popularidad de Bachelet es testimonio de que los chilenos premian a los gobiernos que protegen a los grupos más vulnerables frente a las convulsiones del mercado. Por lo mismo el Presidente ha moderado las expectativas respecto del futuro: sabe que los adversarios externos contribuyen a la unidad interna. En cualquier caso, este se está transformando para Piñera y sus colaboradores en un invierno implacable que se resiste a terminar.

No hay comentarios: